Los colorantes alimentarios artificiales son elementos que se encuentran en nuestra comida de manera habitual. Es cierto que forman parte ya de nuestros hábitos culinarios y que los ingerimos sin prestar demasiada atención, pero cuando cocinamos para nuestros hijos es necesario poner un cuidado especial.
En el grupo de los colorantes artificiales amarillos hay algunos de los que deberíamos prescindir a la hora de preparar platos para nuestros hijos. Ejemplos de colorantes a evitar serían el E-110 (amarillo ocaso) y el E- 102 (tartracina) ya que pueden tener efectos negativos reconocidos sobre la actividad y atención de los niños. Ambos son comercializados como productos elaborados muy populares para añadir a las comidas y se pueden encontrar en cualquier supermercado.
Por otro lado, si cuando cocinamos necesitamos añadir un colorante amarillo y queremos que sea saludablemente seguro, disponemos de la solución perfecta prescindiendo del E-110 y del E-102; podemos usar cúrcuma. La cúrcuma es el extracto de una planta de origen indio perteneciente a la familia del jengibre que se obtiene moliendo su raíz. Este colorante es catalogado por la Unión Europea con el código alimentario E-100ii, es inocuo para la salud y se puede adquirir en cualquier comercio que venda especias. En la cocina de nuestro colegio se usa cúrcuma habitualmente para dar color a arroces y pastas, dejando de lado otros aditivos menos recomendables.
Dra. Elena Mª Herrero
Médico de Familia
Colegio Internacional Levante
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