Las otitis del verano son favorecidas por el baño en piscinas y playa. Los niños tienen los conductos de los oídos más estrechos y esto favorece la retención de agua. El líquido causa maceración de la piel. La humedad acumulada y la maceración hacen que los gérmenes proliferen en los oídos, provocando las temidas y repetitivas otitis externas.
Un elemento protector para los oídos es la cera, por ello es necesario respetarla. No se debe introducir bastoncillos ni ningún otro elemento para limpiarlos.
Consejos para evitar las otitis del verano:
- Intentar que los niños propensos a otitis externas no buceen.
- Secar el oído por la parte externa al salir del agua.
- Proteger los oídos con gorros o tapones.
- No usar bastoncillos u otros objetos como horquillas, palillos… para limpiar o rascar el oído ya que de este modo se producen pequeñas lesiones que posteriormente se infectan.
- Si la persona es propensa a padecer otitis en verano, secar el conducto con un secador de aire frío a una distancia prudencial del oído al volver de la piscina o playa.
- En caso de que el agua quede secuestrada en el conducto auditivo externo se pueden aplicar unas gotas de alcohol boricado a saturación preparado en farmacias. Siempre es necesario asegurase con anterioridad de que el tímpano esté indemne.
Elena Herrero
Doctora del Colegio Internacional de Levante
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